11 agosto 2013

Novelas de Marco Didio Falco - Lindsey Davis, detectives en la Roma imperial

Hace un tiempo, allá por 2011, sufrí un accidente en lo que vendría a ser el nuevo almacén de la Kaufman (el trastero con los restos de la tienda) y perdí durante un tiempo la capacidad de caminar. Aproveché para leerme todas las novelas de Marco Didio Falco de Lindsey Davis. 20 en total. Había conocido en el instituto una adaptación muy sui generis al Cine del personaje, y había quedado prendado desde entonces del concepto de un detective privado en la antigua Roma. Entonces no había internés al alcance de cualquiera, por lo que tardé años en dar con la referencia gracias a la la esposa de Bandido, ambos autores de ''Hispania, el juego de rol''.

¿Y como es algo así? Bueno, ya pudimos ver bajos fondos y historias en ese tiempo sin grandilocuencias en la serie ''Roma'' que igualmente se emplaza en el Aventino. Es un señor que se denomina informante, que se cuida de no meterse en líos con los vigiles (que son a la vez policías y bomberos) y un entorno no muy distinto de los de la novela negra al uso. Delincuentes sin nada que perder, clases altas con muchos secretos, justicia según lo abultado de tu bolsa, intrigas y corruptelas varias.

Pero lo interesante de Falco como personaje está en que a pesar de ser una persona de baja ralea, amigo del vino y las mujeres, no es el típico personaje crepuscular de gran parte de este género. Pobre como una rata y cómicamente huidizo de su casero, es lector de lo que puede pillar de segunda mano (los pergaminos son caros), poeta cutre en sus ratos libres y lo primero que hacen es echarle una novia formal, con lo que se acabó la fiesta y llegaron más problemas en los que se esculpe un personaje terriblemente humano. Falco ha de vérselas habitualmente con asesinatos truculentos y el servicio secreto del emperador, pero no serán situaciones menos comprometidas que las que le dará ser la pareja de la hija de un senador, ido a meno pero patricio, que encantadora y culta, pero enérgica y a veces extraña, una mujer de esas que se pueden amar u odiar sin términos medios.

Nadie es perfecto, y está divorciada con una trama tras ello en la que se topará metido en investigaciones. Con su suegro la cosa se plantea complicada (y de su regia suegra ni hablamos). Con cierto esfuerzo, se ganará a su cuñado menor, destinado Germania a hacer méritos... y también malograrse por bon vivant, y ser todo un inútil para comprender a la esposa heredera de Corduba que se busca en uno de los libros. Terminaremos cogiendo cariño a su cuñado el mayor, de carácter terrible y un prenda durante sus estudios... y estos son los ilustres y modélicos del plantel, porque en la familia de Marco el padre es tan ausente como que se fugó con una amante antes que él y su hermano Festo pasaran al ejército, donde éste murió en condiciones poco claras en la campaña de Judea (hay asuntos sucios tanto entre plebeyos como con los hijos del tacaño emperador). Por si esto no hiciera ya las reuniones familiares enrarecidas, las hermanas de Falco, cada cual peor casada con alguien más impresentable (cuando no también unas leonas, casquivanas o ambas cosas), convierten las reuniones familiares en un peligro no menos tenso que algunos de los misterios que ha de desvelar, hilados o no con su familia extensa y en los que por más valiente que sea, es el último mono como hermano menor y más vale que se calle, ninguneado una y otra vez. Todo ello con mucho humor, y mucha ironía, aplicable a Roma tanto como a nuestro tiempo, con la que vamos viendo la sociedad y esos seres complicados e impulsivos que somos los humanos.

Hay un caso y un misterio por cada libro, pero las novelas de Falco son también la historia en fascículos de su familia extensa y sus vericuetos, a veces de lo más sonado. Falco sienta la cabeza y deja de ser un crápula nada más empezar los libros para, en vez de ser un sombrío detective solitario, ser un hombre de familia metido en líos por su propia familia. Pura antítesis de los detectives tópicos.
Os seré franco, estaba muy bien descubrir quien era el culpable, pero los malos ratos que daba la perra callejera que adoptan cuando le viene el celo o como repartían entre sus sobrinos los cachorros consecuentes a un descuido (a cada cual más feo) no me ha parecido de menor interés en cuanto divertimento que cómo ejercía Falco su profesión. También es en conjunto una gran historia de amor en pareja, de paternidad y de la amistad de toda la vida con Petronio, mando de los vigiles del Aventino; todo ello a lo largo de esas dos decenas de libros. Sus personajes son tierna y terriblemente humanos. Incluso los impresentables, nadie es perfecto y libre de defectos o pecadillos.

Aunque todo no son viajes trepidantes, aunque conoceremos Hispania, la Galia, Britania y Germania, llegando a impedirse alguna que otra guerra y desbaratar algunas conjuras de altos vuelos, pero las misiones imperiales dejarán sitio a aventuras más domésticas donde dará de si hacer de recaudadores de impuestos o meterse en lo que vendría a ser unas oposiciones. Quien tenga interés en ver reflejada la sociedad de este tiempo saldrá más que satisfecho, ya que nos moveremos entre las clases altas y bajas, conoceremos el mundo editorial, la hostelería, la burocracia, el espectáculo o el despiporre de la festividad de las saturnales. Se tratará con naturalidad en sus tramas lo que nos parecemos a la sociedad romana y en lo que no nos parecemos, como la situación de los esclavos, las vestales o la extraña religiosidad romana.

También es cierto que algunos libros tienen más ritmo y son más redondos que otros. Último acto en Palmira se me resistió y en cuanto desarrollo Tres manos a la fuente me pareció floja a todos los niveles, pero deben leerse todas y en su orden para ir conociendo el desarrollo vital de los personajes y poder disfrutar del mundo de Falco en todo su esplendor. Si no estás enganchado al devenir de sus personajes ya en el primer libro, no te librarás en el tercero. Si os gusta la novela histórica, policíaca o la roma imperial estáis de suerte si podéis haceros con estos libros, y si os gustan las tres cosas, como me pasa a mí, ya es el acabose. Más mundanos y a la vez, más transcendentes al hablar de familia y pasiones humanas, son libros muy bien urdidos, entretenidos y superiores a paletadas de otras novelas históricas.  Y ea, ya hemos reseñado veinte libros de un plumazo.

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